Mientras estoy parado en esta esquina viendo estos dos caminos unirse, de pronto me siento en paz. Tal vez sea porque a mis pies yace la intersección de dos caminos distintos uniéndose en un punto de vulnerabilidad. Tal vez sea porque es un recordatorio de tu y yo y el lazo de felicidad que una vez compartimos. Sin una preocupación en el mundo mis brazos envueltos alrededor de tu cuerpo para protegerte del frío. Dos almas calentándose por la compañía del otro. Dos corazones bailando en la lluvia alegremente. Dos mentes con lo mismo en mente. Tú querías que fuera tuyo y... yo quería que tu fueras mía. No lo sé, tal vez estoy loco. Tal vez el tiempo me ha jugado una mala pasada. Tal vez dejé de ver la belleza en las pequeñas cosas. Tal vez dejé de apreciar los regalos de la vida. Tal vez esto me supera. O tal vez extraño el contorno familiar de tu cuerpo debajo de las blancas sábanas de mi cama. No lo sé, tal vez esto es normal. Tal vez dejé de ser yo mismo después de que te fuiste. Tal ...
Las mentes humanas no tienen limite, ¿porqué tenerlo aquí?